Canciones rítmicas

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Para que el crecimiento de un niño sea armónico, es fundamental tener en cuenta el parámetro del ritmo. Por este motivo desde El Rabeig hemos elaborado un recurso pedagógico que permita trabajar el ritmo desde las primeras etapas de la infancia.

Hemos grabado un CD de Canciones rítmicas, con el Grupo Bufanúvols, músicos voluntarios y la participación de niños de la asociación. Aquí encontraréis más información del proyecto de Canciones rítmicas del Rabeig.

Las canciones seleccionadas están ordenadas de menor a mayor complejidad rítmica y quieren ser un instrumento para familias y profesionales. Podéis descargar la canción, junto con las letras (en catalán y español) y unas pautas de cómo se puede utilizar para trabajar el ritmo con el niño en un contexto lúdico.

Desde el nacimiento. Durante esta etapa el bebé se dedica principalmente a estabilizar ritmos de función vegetativa. No debemos olvidar que esta etapa se compone de tres niveles; y la maduración de los circuitos neuromotores y los esquemas de relación en los tres ofrecen diferencias. Desde el desarrollo del sistema rítmico debemos aprovechar los momentos de vigilia para empezar a asociar secuencias rítmicas.

El cuerpo del bebé es un elemento o medio gracias al cual la comunicación es posible pero además pertenece al/la niñ@ y forma parte de su ser. La vivencia de su mundo interior a través de sensaciones profundas de tipo interoceptivo no deben ser obviadas en ningún momento, esas sensaciones de la propia corporeidad son las que predominan en el primer momento de la vida y persisten a lo largo de los años como base profunda de nuestra conciencia.

Es importante en toda etapa, pero principalmente en esta, no olvidar que el bebé es capaz de percibir interiormente el estado afectivo o emocional en que se halla el adulto que lo contiene. Por lo tanto, en los/las niñ@spequeñ@s el acto es tan importante como el propio clima emocional que rodea dicho acto y viceversa.

El empleo del tacto en forma de caricias, de pequeñas presiones locales, de presiones amplias globales y de sensaciones interoceptivas forma parte del primer nivel. En las caricias usamos el sistema nervioso periférico sensitivo del bebé para transmitir a su cerebro una señal desde su propia piel. Con esta señal producimos un aumento de la energía cerebral y elevamos el grado de conciencia, despertando una cierta señal de alerta localizada.

En la etapa neonatal es fundamental para trabajar el ritmo la acción de mecer.  Para balancear al bebé deben emplearse ambas manos en toda su extensión, con un ritmo repetitivo y lento, aunque este pude variar un poco según las condiciones personales i circunstanciales de cada niñ@ i de cada educador@.

Canciones:

A partir de los 6 meses. Es una etapa donde el tacto sigue siendo importante pero aparece con intensidad el protagonismo de la audición y de la visión.

El bebé debe ver, sentir, chupar y oír su propio cuerpo y el educador debe ofrecerle estímulos para que al entrar en contacto con sus receptores sensibles originen estados de conciencia. p. ej. enseñarles sus propios pies, manos… y ponerlos enfrente de su boca para que los chupe mientras damos códigos verbales (sin pretender que comprendan) para favorecer en ámbito coloquial, de diálogo, de encuentro con el bebé. Y poco a poco, con la maduración de los posteriores meses ir creando un ámbito de relación.

En esta etapa, juntamente con la siguiente (E. de Bipedestación), jugueteamos con el cuerpo del bebé, con sus manitas, hacemos cosquillas suaves y sin estimular excesivamente. Y poco a poco, en armonía con la madurez de l@sniñ@s se va ampliando la intensidad de los estímulos, la diversidad de registros musicales y rítmicos (tonos de voz, volumen, velocidad…), así como el desarrollo de la corporeidad va ganando en complejidad.

Los ejercicios recomendados para el desarrollo del sistema rítmico durante la etapa de suelo son las pautas rítmicas de coordinación motriz, los juegos de comunicación rítmica, las intermitencias visuales, intermitencias táctiles, juegos con estimuladores artificiales (el lumisón y el ritmador o metrónomo), balanceos rítmicos, técnicas laberínticas de estimulación, manipulación rítmica y los ritmos vocales de comunicación.

Canciones:

A partir de los 12 meses. En este período se incorporan en los juegos rítmicos y canciones, las secuencias y consignas (p. ej. tocamos la cabeza, picamos con las manos…). Los niños captan, comprenden y valoran el significado de lo que les decimos los adultos. Y aprenden a elegir, pueden obedecer y desobedecer. Y se empieza a dar identidad rítmica a los impactos emocionales, aunque necesita mucho ritmo ambiental para ir desarrollando formas de control de sus emociones. Empieza a controlar su equilibrio y poco a poco, mediante ensayo y vivencia irá ganando en complejidad motora (andar deprisa, correr…). Y les gusta mucho la repetición secuencial del mismo juego o canción varias veces seguidas.

Canciones:

A partir de los 3 años. Su capacidad de atención e inhibición le permite permanecer un cierto tiempo siguiendo una misma actividad o realizando un mismo juego. También, poco a poco, es capaz de seguir sin grandes esfuerzos las actividades rítmicas propias de una vida familiar o grupal: horarios, costumbres, hábitos de higiene y autosuficiencia, normas de disciplina… y progresivamente ser capaz de respetar turnos de juego o participación. Paulatinamente, con el desarrollo motor y la epicrítica (psicomotricidad fina) va apareciendo el lado dominante del cuerpo. Les encantan los juegos rítmicos y las rupturas de ritmos. Es un buen momento para incorporar factores “sorpresa” durante las actividades o talleres rítmicos (p. ej. Sonidos inesperados, materiales desconocidos, situaciones de sorpresa…)

Canciones:

Bibliografía:

  • Cemedete, Técnicas de cachorreo aplicadas a la estimulación precoz, Bacelona: Alind 1984
  • Cemedete, Desarrollo corporal para parvulos, Bacelona: Alind 1984
  • Cemedete, Desarrollo del sistema rítmico, Bacelona: Alind 1985
  • Cemedete, Desarrollo de las funciones de inhibición y control (ritmo), Bacelona: Alind 1985
  • Chubarovsky, T., Rimas y mimos para los más pequeños (de 0 a 3 años). Rimas con movimiento 2018.
  • Chubarovsky, T., Rimas y juegos de dedos. Para una infancia sana (de 0 a 9 años). Rimas con movimiento.
  • Chubarovsky, T., Rimas y juegos sonoros. Para una infancia sana (de 0 a 9 años). Rimas con movimiento.
  • Chubarovsky, T., Rimas y juegos de dedos para las 4 estaciones. (de 3 a 6 años). Rimas con movimiento 2019.
  • Korczak, J., Com estimar l’infant, Vic: EUMO editorial 1999
  • Moyà Trilla, J., Niveles armónicos del desarrollo. Una educación preescolar para un mundo maravilloso, Barcelona: Paidac 1986